Tendencias actuales en investigaciones bioarqueológicas, tafonómicas y paleopatológicas de restos humanos en Argentina
Desafíos en la estimación de la edad de muerte de individuos no adultos en restos humanos de cazadores recolectores de Tierra del Fuego (Argentina)
Desafíos en la estimación de la edad de muerte de individuos no adultos en restos humanos de cazadores recolectores de Tierra del Fuego (Argentina)
Intersecciones en Antropología, vol. 23, núm. 1, Esp., pp. 95-108, 2022
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
Recepción: 15 Diciembre 2021
Aprobación: 08 Abril 2022
Resumen: La estimación de la edad en restos humanos arqueológicos y forenses constituye uno de los principales desafíos que se deben afrontar antes de avanzar en cualquier otro tipo de análisis. Si bien los resultados suelen ser más precisos en individuos no adultos que en adultos, en ocasiones pueden observarse incongruencias entre los datos obtenidos a partir del relevamiento de diferentes elementos, así como en la implementación de diversas propuestas metodológicas. El objetivo de este trabajo es discutir las variaciones identificadas en las estimaciones de las edades de muerte de siete individuos no adultos procedentes de Tierra del Fuego. Se aplicaron diferentes métodos que evalúan la secuencia de erupción dental y la longitud máxima de los huesos largos. Los resultados indican edades de muerte de entre 38 semanas de gestación y 9 años, con variaciones de entre 0 y 5,25 años. Las diferencias más apreciables se observaron al comparar la longitud máxima de los huesos largos con la erupción dental; la primera tiende a estimar edades menores que la segunda, principalmente en los individuos mayores a los tres años. Se destaca la complejidad inherente al proceso de estimación de la edad de muerte en individuos no adultos, motivo por el cual resulta prioritario identificar las metodologías más apropiadas para obtener esa información.
Palabras clave: Erupción dental, Longitud de huesos largos, Crecimiento y desarrollo, Patagonia austral, Cazadores-recolectores.
Abstract: Age-at-death estimation of archaeological and forensic human remains is one of the main challenges that must be faced before other analyses can be carried out. Although the results are usually more accurate in non-adult individuals than in adults, inconsistencies can sometimes be observed between the data obtained from the recording of different elements, as well as during the application of various methodological proposals. The aim of this paper is to discuss the variations identified in the estimates of the ages-at-death of seven non-adult individuals from Tierra del Fuego. Different methods that evaluate the sequence of tooth eruption and the maximum length of the long bones, were used. The results indicate ages-at-death between 38 weeks of gestation and 9 years-old, with variations between 0 and 5,25 years. The most appreciable differences were observed when comparing the maximum length of the long bones with dental eruption; the first tends to estimate younger ages than the second, mainly in individuals older than three years. The complexity involved in the process of non-adult age-at-death estimation is highlighted, which imply that the identification of the most appropriate methodologies must be prioritized in order to obtain adequate results.
Keywords: Dental eruption, Long bone length, Growth and development, Southern Patagonia, Hunter-gatherers.
INTRODUCCIÓN
La estimación de la edad de muerte en restos humanos es empleada como uno de los datos centrales en las investigaciones vinculadas a la antropología forense, la paleodemografía y el análisis paleopatológico en restos óseos y dentales, entre otros. La obtención de este tipo de información en individuos no adultos resulta imprescindible para realizar inferencias sobre múltiples problemáticas, como las tasas de mortalidad, los procesos de crecimiento y desarrollo, las situaciones de morbilidad, el periodo de destete, las condiciones congénitas y socioambientales, la dinámica paleodemográfica y la identificación de conductas sociales relacionadas con el infanticidio (e.g., Chamberlain, 2006; Lewis y Flavel, 2006; Grauer, 2012; Seguy y Buchet, 2013; Hodson y Gowland, 2019).
Las estimaciones de edad de individuos adultos se basan usualmente en los cambios morfológicos producidos por la degeneración tisular, a lo largo del tiempo, de estructuras óseas con poco movimiento, en especial en la sínfisis púbica y la superficie auricular de la pelvis, así como también la articulación esternal de la primera y cuarta costillas (e.g., Isçan et al., 1984; Brooks y Suchey, 1990; Kunos et al., 1999; Buckberry y Chamberlain, 2002). En cambio, para el análisis de restos de no adultos se utilizan los patrones de crecimiento y maduración de las estructuras dentales y esqueletales (Gilsanz y Ratib, 2005; Lewis, 2007; Schaeffer et al., 2009; Latham y Finnegan, 2010). En este último caso, su evaluación permite, en general, lograr una estimación de la edad biológica con altos niveles de exactitud, dado que los métodos proporcionan una valoración de los indicadores biológicos de maduración y crecimiento relacionándolos con un intervalo de edad específico, que corresponde a la edad biológica del individuo en el momento de su muerte (Cardoso, 2007; Abou Hala et al., 2016; Šešelj, 2021). Por lo tanto, se considera que los métodos disponibles en la actualidad para estimar la edad de muerte en individuos no adultos son más confiables y arrojan rangos de edad más acotados, en comparación con los de los adultos (Smith, 1991; Hillson, 2012; Mitchell y Brickley, 2017).
Una serie de factores han sido señalados como posibles fuentes de variación y error en la exactitud de las estimaciones de edad en no adultos, tales como aquellos de origen ambiental y patológico, tendencias seculares, aspectos genéticos y divergencias en el desarrollo somático entre sexos (Saunders et al., 1993; Scheuer y Black, 2000; Lewis, 2007; Latham y Finnegan, 2010). Por consiguiente, dichas estimaciones –a pesar de brindar resultados usualmente considerados más confiables que los de los adultos– no están libres de errores y sesgos que pueden influir en los resultados alcanzados. Como un derivado de estas variaciones, la aplicación de diferentes métodos de estimación de la edad suele producir discrepancias, generalmente no discutidas, que pueden influir de forma considerable en las interpretaciones desarrolladas a partir de los datos obtenidos. Estos factores son particularmente importantes durante el análisis de muestras para las cuales no se han desarrollado métodos específicos, dado que tanto las características de los procesos de crecimiento y desarrollo de la población a la cual pertenecen, así como la influencia socioambiental, son aspectos que deben ser tenidos en cuenta durante el proceso de generación de los datos. Este es el caso de las poblaciones cazadoras-recolectoras del sur de Sudamérica, ya que no incluyen restos humanos con identidad conocida.
Por todo esto, y dado que no se han propuesto metodologías específicas para estimar la edad en estas poblaciones, necesariamente deben aplicarse procedimientos desarrollados con muestras procedentes de otros lugares del mundo. La evaluación acerca de qué métodos deben ser aplicados en cada caso se identifica como un aspecto crucial, aunque generalmente no abordado, del proceso de investigación.
En el marco de un relevamiento bioarqueológico realizado a fines de 2019 por los autores de este trabajo sobre un conjunto de restos humanos no adultos pertenecientes a poblaciones humanas que habitaron la Patagonia austral durante el Holoceno tardío, se identificaron discrepancias en las estimaciones de edad de muerte, lo cual generó interrogantes acerca de las posibles causas de esas diferencias. En consecuencia, la presente investigación tiene como objetivo evaluar las magnitudes de dichas variaciones a partir de la comparación de los resultados obtenidos de la aplicación de métodos que consideran los procesos de erupción dental con otros que se basan en la medición de las longitudes máximas de los huesos largos. Asimismo, se propone discutir el impacto que pueden generar estas diferencias en el análisis de muestras bioarqueológicas de sociedades cazadoras-recolectoras.
MUESTRA Y METODOLOGÍA
Se analizaron restos humanos pertenecientes a siete individuos no adultos en guarda actualmente en el Museo del Fin del Mundo (Ushuaia, Argentina) y en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET, Ushuaia, Argentina), recuperados de cuatro sitios arqueológicos: Margen Sur (norte de Tierra del Fuego), Acatushun, Mischiwen y Caleta Falsa (sur de Tierra del Fuego) (Figura 1). Cuatro de ellos corresponden a periodos previos al contacto, entre 1000 y 400 años AP, otros dos fueron hallados en sitios ubicados cronológicamente en momentos históricos, y el restante no posee asignación cronológica (Tabla 1). Los siete individuos están representados por diferentes unidades anatómicas de varios sectores del esqueleto (e.g., huesos de la columna vertebral, del cráneo, de la pelvis, dientes deciduos y permanentes, etc.) y presentan buena preservación del tejido óseo y dental. Información detallada de los sitios arqueológicos Margen Sur y Caleta Falsa 8 puede consultarse en las referencias mencionadas en la Tabla 1, mientras que los datos de Acatushun y Mischiwen son inéditos.
Sitio | Individuo | Cronología(años AP) | Sexo | Dientes relevados | Huesos relevados | Lesiones patológicas | Referencia |
Margen Sur | B | 897 ± 38 | F | Deciduos: toda la dentición Permanentes: primeros molares | Ambos cúbitos, fémures y tibias. | Cribra femoralis bilateral; Síndrome de Klippel Feil | Santiago et al. (2011) |
C | 897 ± 38 | M | Deciduos: toda la dentición excepto segundos molares superiores Permanentes: primeros molares | Ambos húmeros, radios, fémures, tibias y peronés; cúbito izquierdo | No | ||
D | 897 ± 38 | M | Deciduos: toda la dentición excepto segundos molares inferiores Permanentes: primeros molares inferiores | Ambos fémures y tibias; húmero derecho | No | ||
Acatushun | MFM 855 | Histórico | M | Deciduos: toda la dentición superior Permanentes: primeros molares | Ambos fémures, tibias y peronés | Hipervascularización en caras anterior y laterales de los cuerpos vertebrales. Reacciones subperiósticas en extremo vertebral y en cara ventral de las costillas 4° a 10° | SD |
MFM 856 | Histórico | F | Deciduos: toda la dentición | Ambos húmeros y fémures; cúbito, radio, tibia y peroné izquierdos | Reacciones subperiósticas con porosidad y formación de hueso nuevo en huesos de la bóveda craneal, mandíbula, maxilares, diáfisis de huesos largos inferiores, ambos iliones y cara posterior de ambos omóplatos | ||
Mischiwen | - | SD | M | Deciduos: toda la dentición excepto incisivos centrales inferiores, incisivos superiores y primeros molares superiores | Ambos húmeros, radios, fémures y tibias; cúbito derecho | No | SD |
Caleta Falsa 8 | 5 | ca. 800 | F | Deciduos: toda la dentición | Ambos húmeros; cúbito y radio derechos | Reacciones subperiósticas, forámenes hipertrofiados y formación de hueso nuevo en ambos maxilares, mandíbula, cara anterior de ambos iliones, omóplato izquierdo, mitad proximal de húmero izquierdo, tercios proximal y distal de cúbito derecho | Guichón y Suby (2011) |
Para estimar las edades de muerte se relevaron, por un lado, la longitud máxima de todos los huesos largos disponibles de cada individuo, utilizando para ello un calibre digital Mitutoyo 573-721, con una exactitud de ± 0,02 mm, según las propuestas de Fazekas y Kósa (1978), Maresh (1955, 1970), Gindarth (1973) y Anderson et al. (1964) (en Scheuer y Black, 2000; Schaefer et al., 2009); y por otro, la erupción dental, siguiendo los procedimientos de Ubelaker (1989) y AlQathani et al. (2010). Todos estos métodos son utilizados recurrentemente en las investigaciones bioarqueológicas de Argentina, a pesar de haber sido generados a partir del estudio de individuos con ancestría europea. Las estimaciones finales a partir de los huesos largos se obtuvieron promediando los resultados de todos los métodos y huesos. En este análisis, la calcificación dental no fue considerada debido a que no se realizaron estudios radiográficos y no fue posible observar el desarrollo de los dientes ubicados en el interior de los alveolos en todos los individuos analizados. Este último aspecto es una limitación muy usual cuando se analizan muestras en guarda en instituciones museológicas o universitarias, las cuales no suelen permitir el traslado temporario para llevar a cabo ese tipo de procedimientos.
Respecto de la estimación sexual, se llevó a cabo una aproximación multivariada de relevamiento de indicadores de la mandíbula y de los iliones, siguiendo las indicaciones metodológicas descriptas en Fazekas y Kósa (1978), Schutkowski (1993), Molleson et al. (1998), Loth y Henneberg (2001), Luna y Aranda (2005) y Luna et al. (2017). Los métodos seleccionados ofrecen porcentajes de asignaciones correctas de entre el 70 y el 85% aproximadamente. En este caso, una vez obtenidos todos los resultados correspondientes a un mismo individuo, la estimación final se realizó considerando la mayor cantidad de asignaciones concordantes.
Los resultados fueron comparados para cada individuo de diferentes formas: entre edad dental y esqueletal; entre dientes deciduos y permanentes, considerando por un lado la propuesta de Ubelaker (1989) y por otro la de AlQathani et al. (2010); y comparando los dos métodos antes mencionados. Respecto de las estimaciones referidas a la dentición permanente, solo se consideraron las correspondientes a los primeros molares, ya que son las únicas piezas dentales que pudieron ser relevadas en tres individuos. También se evaluaron los datos obtenidos respecto del sexo estimado (femeninos vs. masculinos); entre los individuos sin y con indicadores patológicos; entre menores y mayores de 3 años (momento que refiere a la finalización de la infancia y el inicio de la niñez, según Bogin y Smith, 2000).; y según la cronología (precontacto vs. poscontacto). Se calcularon asimismo las diferencias relativas entre pares de edades estimadas para cada individuo con los distintos métodos, considerando los promedios de cada una de ellas, y para toda la muestra, las diferencias absolutas de las comparaciones según las variables en función del sexo, de los indicadores patológicos, de la edad de muerte y de la cronología. Teniendo en cuenta los desvíos estándar obtenidos, en este trabajo se consideró a las diferencias menores a los dos años como de baja magnitud, y a las mayores, como de alta magnitud; estas últimas representan una discrepancia a atender cuando se analizan los resultados. El procedimiento implementado permitió delinear tendencias generales, discutir las posibles causas de las diferencias observadas y definir qué métodos serían los más adecuados para aplicar en las poblaciones fueguinas.
RESULTADOS
En la Tabla 2 se incluyen los resultados obtenidos por medio del análisis de la estimación sexual (cuatro femeninos y tres masculinos) y de la estimación de la edad de muerte a partir del relevamiento de la erupción dental y de la longitud máxima de los huesos largos. En este último caso, se observan variaciones importantes en los resultados aportados por los diferentes procedimientos implementados, no solo al comparar los datos ofrecidos por la erupción dental con aquellos derivados de la longitud máxima de los huesos largos, sino también al evaluar los diferentes métodos dentales seleccionados. Estas tendencias se identificaron principalmente en los esqueletos de mayor edad (Margen Sur B, C y D, Acatushun 855). Concretamente, el individuo Margen Sur B presenta estimaciones de edad más altas con el método de AlQathani et al., (2010) en comparación con el de Ubelaker (1989), tanto si se considera la erupción de los dientes permanentes como la de los deciduos (Tabla 2; Figura 2). En el caso del individuo D de Margen Sur, se observa nuevamente que la propuesta de AlQathani et al., (2010), que tiene en cuenta el sistema de erupción de los dientes deciduos, estima edades más altas que la de Ubelaker (1989), aunque esto no se observa para la dentición permanente. Sin embargo, estas diferencias no se observan en los individuos Margen Sur C y Acatushun 855, los cuales arrojaron estimaciones similares a partir de la dentición (Figura 2).
Por otra parte, cabe destacar que en los cuatro individuos mencionados, las estimaciones de edad obtenidas a partir del relevamiento de la longitud máxima de los huesos largos son mucho menores que las derivadas del análisis de la erupción dental (Tabla 2). En contraste, los resultados de los tres esqueletos restantes (Acatushun 856, Mischiwen y Caleta Falsa 8-5) –que solo presentaron dentición decidua y cuyas edades estimadas son inferiores a los dos años– son, en general, similares entre sí respecto del análisis dental y muestran pocas diferencias con los obtenidos del relevamiento de los huesos largos (Figura 2).
Individuo | Sexo | Dentición decidua | Dentición permanente | Long. máx.huesos largos | ||
Ubelaker (1989) | AlQathani et al. (2010) | Ubelaker (1989) | AlQathani et al. (2010) | |||
Margen Sur B | F | 4 ± 1 | 5,50 ± 1 | 7 ± 21 | 8,50 ± 11 | 3-3,50 |
Margen Sur C | F | 9 ± 2 | 8,50 ± 1 | 9 ± 22 | 8,50 ± 12 | 4-5,50 |
Margen Sur D | M | 3 ± 1 | 5,50 ± 1 | 6 ± 23 | 5,50 ± 13 | 2-3,50 |
Acatushun 855 | M | 6 ± 2 | 6,50 ± 1 | 6 ± 24 | 6,50 ± 14 | 2,5-3,50 |
Acatushun 856 | F | 0,50 ± 0,25 | 0,40 ± 0,25 | - | - | 38-40 sem. gest. |
Mischiwen | M | 1,50 ± 0,60 | 1,50 ± 1 | - | - | 0,50-0,75 |
Caleta Falsa 8-5 | F | 2 ± 0,60 | 2 ± 0,50 | - | - | 1,50 |
Al cotejar las diferencias relativas en las edades de muerte entre pares de estimaciones, se observan importantes discrepancias en algunos individuos, específicamente entre los mayores a tres años (Margen Sur B, C y D, Acatushun 855; Tabla 3). Por un lado, cuando se comparan los datos referidos a la erupción de la dentición decidua con los de la permanente, se identifican diferencias de tres años para Margen Sur B y D, independientemente del método aplicado. En estos casos, la dentición permanente ofrece estimaciones más altas que la decidua. Por otro lado, en un único individuo (Margen Sur D) se observan importantes diferencias cuando se compara la dentición decidua entre ambos métodos, siendo la propuesta de AlQathani et al., (2010) la que ofrece edades más altas. Finalmente, cuando se comparan los resultados obtenidos a partir de la dentición decidua y permanente con los de la longitud máxima de los huesos largos, se observa que este último siempre ofrece estimaciones de edad menores. Esto es evidente principalmente en los cuatro individuos mencionados, con diferencias de entre 3 y 5,25 años. Nuevamente, las discrepancias entre métodos son bajas entre los individuos menores a tres años.
Variables | MS-B | MS-C | MS-D | Acatushun 855 | Acatushun 856 | Mischiwen | Caleta Falsa 8-5 |
Erupción dec. Ub. vs. AlQ. | -1,50 | 0,50 | -2,50 | -0,50 | 0,10 | 0 | 0 |
Erupción perm. Ub. vs. AlQ. | -1,50 | 0,50 | 0,50 | -0,50 | - | - | - |
Ub. Erupción dec. vs. perm. | -3 | 0 | -3 | 0 | - | - | - |
AlQ. Erupción dec. vs. perm. | -3 | 0 | 0 | 0 | - | - | - |
Erupción dec. Ub. vs. H. largos | 0,75 | 4,25 | 0,25 | 3 | 0,50 | 1,37 | 0,50 |
Erupción perm. Ub. vs. H. largos | 3,75 | 4,25 | 3,25 | 3 | - | - | - |
Erupción dec. AlQ. vs. H. largos | 2,25 | 4,05 | 2,75 | 3,50 | 0,40 | 1,37 | 0,50 |
Erupción perm. AlQ. vs. H. largos | 5,25 | 3,75 | 2,75 | 3,50 | - | - | - |
A partir del cálculo del promedio de cada una de las estimaciones obtenidas se evaluaron las diferencias absolutas entre pares de variables y se identificaron discrepancias de baja magnitud (Tabla 4; Figuras 3 y 4). Mientras no se observaron diferencias en relación con el sexo, la comparación en función de la presencia/ausencia de indicadores patológicos indica que solo el método de AlQhatani et al., (2010) para la erupción de ambas denticiones arrojó diferencias de alta magnitud. Un resultado similar fue también registrado con la comparación cronológica para el método de Ubelaker (1989), en ambos tipos de dentición. Finalmente, cuando se consideran ambos grupos de edad (mayores y menores de tres años), se observa que los dos métodos estiman edades mayores para la erupción decidua respecto de la longitud máxima de huesos largos, con valores más altos en los individuos mayores a tres años (Tabla 4; Figuras 3 y 4).
Pares de variables comparadas | Sexo | Indicadores patológicos | Edad de muerte | Cronología | ||||||||
Masc. | Fem. | Dif. Abs. | Sí | No | Dif. Abs. | <3 años | >3 años | Dif. Abs. | Precontacto | Periodo histórico | Dif. Abs. | |
Erupción dec. Ub. vs. AlQ. | -1,5 | -0,45 | 1,05 | -0,95 | -1 | 0,05 | 0,03 | -1 | 1,03 | -0,87 | -0,20 | 0,67 |
Erupción perm. Ub. vs. AlQ. | 0 | -0,50 | 0,50 | -1 | 0,50 | 1,50 | - | -0,25 | - | -0,17 | -0,50 | 0,33 |
Ub. Erupción dec. vs. perm. | -3 | -3 | 0 | -3 | -3 | 0 | - | -3 | - | -2 | 0 | 2 |
AlQ. Erupción dec. vs. perm. | - | -3 | - | -3 | 0 | 3 | - | -0,75 | - | -1 | 0 | 1 |
Erupción dec. Ub. vs. H. largos | 1,54 | 1,50 | 0,04 | 1,18 | 1,96 | 0,78 | 0,79 | 2,06 | 2,85 | 1,43 | 1,75 | 0,32 |
Erupción perm. Ub. vs. H. largos | 3,12 | 4 | 0,88 | 3,37 | 3,75 | 0,38 | - | 3,56 | - | 3,75 | 3 | 0,75 |
Erupción dec. AlQ. vs. H. largo | 2,54 | 1,80 | 0,74 | 1,16 | 2,72 | 1,56 | 0,76 | 3,13 | 2,37 | 2,18 | 1,95 | 0,23 |
Erupción perm. AlQ. vs. H. largo | 3,12 | 4,50 | 1,38 | 4,37 | 3,25 | 1,12 | - | 3,81 | - | 3,92 | 3,50 | 0,42 |
DISCUSIÓN
La estimación de la edad a partir del relevamiento métrico y macroscópico de diferentes elementos de los individuos no adultos (e.g., dientes deciduos, dientes permanentes y huesos largos) presentó incongruencias (algunas de ellas de alta magnitud) en todos los casos analizados. Las diferencias más apreciables se observaron al realizar las comparaciones entre la longitud máxima de los huesos largos y la erupción dental. La primera variable tiende a estimar edades menores que las dentales en forma sistemática, principalmente en los individuos mayores a los tres años. En consecuencia, una primera propuesta derivada de los resultados obtenidos sugiere, en los casos en los cuales se disponga tanto de dientes como de huesos largos, priorizar el relevamiento de los primeros.
Numerosos estudios han examinado diferentes aspectos del crecimiento dental y óseo en muestras de esqueletos de poblaciones antiguas de edades conocidas y contextos socioambientales diversos, comparándolas con otras de poblaciones contemporáneas (Saunders, 2000; Gaither, 2004; Cardoso, 2007; Mays et al., 2008; Vega Dulanto, 2009; Stull et al., 2021). Las tendencias identificadas por dichas investigaciones indican que las secuencias observadas respecto de la calcificación y la erupción de los dientes son relativamente similares en todas las poblaciones humanas, con discrepancias de baja magnitud, independientemente de los procesos de estrés sufridos por los individuos (e.g., Harris y McKee, 1990; Baffi et al., 1996; Tompkins, 1996; Liversidge y Molleson, 1999, 2004; Hillson, 2012).
En cambio, la longitud de los huesos largos puede subestimar la edad cronológica cuando la población se encuentra expuesta a diferentes tipos de estresores socioambientales y fisiológicos durante la etapa de crecimiento y desarrollo, tales como el estado nutricional deficiente de la madre durante el embarazo, su bajo estatus socioeconómico, el bajo peso y estatura al nacer, alteraciones endócrinas, defectos congénitos, etc. (Crews y Bogin, 2010; James, 2010). Los eventos que ocurren durante los estadios tempranos de la ontogenia son especialmente relevantes en esta discusión, debido a que alteran todos los aspectos de la historia de vida posterior del individuo (Larsen, 2008). En estos casos, es esperable una reducción en la velocidad del proceso de crecimiento apendicular, lo que implica mayores discrepancias entre la edad esqueletal y la edad dental (Gaither, 2004; Cardoso, 2007; García Mancuso y Salceda, 2010; García Mancuso, 2014; Abou Hala et al., 2016; Šešelj, 2021).
Al comparar los dos métodos de estimación de la edad a través del proceso de erupción dental deciduo y permanente, se observó que la propuesta de AlQathani et al. (2010) tendió a estimar edades mayores que el método de Ubelaker (1989). Si bien solo fue posible realizar este análisis en cuatro de los siete individuos que componen la muestra –dado que los restantes no contaban con dientes permanentes–, este resultado da cuenta de la existencia de variaciones entre ambos enfoques e indica, en consecuencia, que resulta necesario ser cuidadoso al momento de seleccionar el método que se habrá de aplicar, pues los resultados pueden ser discrepantes. Si bien ambos métodos pueden ser utilizados en poblaciones humanas antiguas dado que las diferencias entre ellos son en general acotadas, debería priorizarse el de AlQathani et al., (2010). En línea con esto, García Mancuso y Salceda (2014) identificaron –mediante el análisis comparativo de diferentes métodos dentales en una muestra de individuos no adultos con identidad conocida– que la propuesta de AlQathani et al., (2010) ofrece resultados más exactos y precisos. Este método presenta una mayor confiabilidad, habida cuenta de una mayor rigurosidad en la descripción de las variables analizadas, en la selección de la muestra estudiada (cantidad de individuos incluidos, balance entre sexos y grupos de edad de las cohortes seleccionadas) y en el procesamiento estadístico implementado (evaluación del error, análisis descriptivos e inferenciales detallados) (AlQathani et al., 2010, 2014).
En este trabajo también fue posible observar que, cuando se analizaron individuos con presencia de dentición decidua y permanente, la estimación de la edad fue la más amplia y variable. En este sentido, los dientes permanentes ofrecieron estimaciones de edad mayores que los deciduos. Puesto que estas estimaciones se basaron solo en el registro de los primeros molares permanentes, en comparación con la dentición decidua completa, es posible que el desfasaje sea consecuencia exclusivamente de la información específica de esta única pieza dental.
Otro aspecto que debe ser destacado es que la estimación de la edad dental se realizó teniendo en cuenta solo la erupción y no la calcificación dental. Esto se debe a que no fue posible observar completamente los dientes localizados en el interior de los alveolos. Al respecto, varios estudios indican que la erupción dental se encuentra más afectada por situaciones de estrés que el proceso de formación y calcificación dental (Gran et al., 1973; Saunders, 1992, 2000; Nyström et al., 2000; Holman y Yamaguchi, 2005). Si bien la interpretación de los patrones identificados es aún compleja, las diferencias observadas podrían evidenciar el resultado de un proceso de erupción más acelerado de la dentición permanente para las poblaciones fueguinas, aspecto sobre el cual no pueden realizarse mayores precisiones por el momento, debido al tamaño reducido de la muestra analizada. Por otra parte, dado que las estimaciones obtenidas mediante el relevamiento de las denticiones deciduas y permanentes están integradas para individuos con dentición mixta en los dos métodos comparados, resta evaluar el sesgo intrínseco de cada uno de ellos. Para la evaluación de ambos aspectos del análisis, resulta necesario contar con muestras de mayor tamaño.
La comparación de diferentes métodos en función de las variables biológicas (sexo, indicadores patológicos, edad de muerte) y la cronología (Tabla 4) no permitió identificar un patrón claro en las diferencias obtenidas en las edades estimadas de cada individuo. Sin embargo, cuando fue considerado el conjunto de la muestra, se observó que los métodos aplicados en este trabajo arrojaron mayores diferencias de edades en individuos de más de tres años. Si bien la muestra analizada está conformada por individuos con cronologías asignables a los últimos 1000 años AP, las diferencias en las edades de muerte de individuos mayores a tres años fueron observadas en esqueletos tanto de momentos precontacto como poscontacto, por lo que se considera que esta no sería una variable explicativa de las diferencias detectadas. Además, se identificaron diferencias apreciables en las edades estimadas para ambos sexos, lo que indicaría que esa variable tampoco influyó en las tendencias inferidas.
El relevamiento paleopatológico mostró que el 57,2% de los individuos (4/7) presenta lesiones posiblemente asociadas a un origen sistémico, como por ejemplo, síndromes cribosos, reacciones subperiósticas con porosidad y formación de hueso nuevo, forámenes hipertrofiados, en tanto que los restantes no presentan ningún tipo de lesión. Esto indica la existencia de diferentes eventos de estrés que pudieron haber impactado tanto en la ontogenia de algunos de los individuos en general, como en el proceso de crecimiento de los huesos largos en particular. No obstante, se sugiere que no existiría una relación causal directa entre el impacto de los procesos de estrés y un desarrollo más lento de los huesos largos, dado que las lesiones esqueletales fueron observadas en individuos que presentan diferentes magnitudes en las edades estimadas por los distintos métodos.
Como se observa en este trabajo, no es posible identificar con claridad las causas que expliquen las amplias diferencias en las edades estimadas para individuos mayores de tres años. Es probable que estos resultados tengan una explicación multicausal, incluso vinculada con el diseño de los métodos seleccionados, las diferencias en la ancestría de las muestras utilizadas para generarlos respecto de la de los individuos analizados y posibles problemas en la asignación sexual. Por lo tanto, se destaca la necesidad de ampliar el presente estudio a partir del análisis de imágenes radiográficas, que permita describir el proceso de calcificación dental y compararlo con los resultados obtenidos.
CONCLUSIONES
Este trabajo refleja una problemática habitual en las investigaciones bioarqueológicas, relacionada con la estimación de la edad de muerte de individuos no adultos. Si bien generalmente se asume que la edad de muerte de este grupo es una variable que puede ser estimada con facilidad –en especial en esqueletos con una buena integridad y bien preservados–, en este trabajo se aprecian importantes diferencias en los resultados en función de los métodos aplicados. Por lo tanto, se destaca la gran complejidad que puede tener la interpretación de las estimaciones, motivo por el cual resulta prioritario evitar aplicaciones automáticas de los métodos más conocidos y accesibles en la bibliografía de la especialidad. Esta situación es especialmente relevante, dado que la elección del método a aplicar puede influir fuertemente y producir sesgos en las interpretaciones bioarqueológicas que se efectúen a partir de él (paleodemográficas, paleopatológicas, de movilidad, etcétera).
Los resultados obtenidos indican que los métodos que tienen en cuenta la longitud de los huesos largos tienden a estimar edades menores que los sistemas de erupción dentales, en especial en individuos mayores a los tres años. Por lo tanto, los métodos a partir de la dentición resultan más recomendables para el relevamiento de la edad de muerte en restos humanos no adultos de esta región. No obstante, se observó que ante la presencia de la dentición decidua y permanente en un mismo individuo, la estimación de la edad puede ofrecer resultados variables.
Dada la escasa cantidad de individuos analizados, las tendencias registradas deben ser consideradas como hipótesis a contrastar en trabajos futuros sobre conjuntos muestrales de mayor tamaño. Si bien esta contribución pone énfasis en el uso de métodos de estimación de edad que tienen en cuenta el sistema de la dentición, también expresa la necesidad de evaluar previamente la aplicabilidad de los métodos en cada región de estudio. Por otra parte, destaca la necesidad de tener en cuenta que las estimaciones publicadas pueden incluir sesgos derivados de los métodos elegidos en cada caso y, en consecuencia, no ser directamente comparables, por ejemplo, en estudios paleodemográficos que pretendan utilizar rangos de edad acotados.
Agradecimientos
Agradecemos muy especialmente a la Dra. Mónica Salemme y al Dr. Fernando Santiago por su colaboración logística para el desarrollo de este estudio y su autorización para la toma de datos en restos recuperados por sus proyectos de investigación. A las autoridades del Museo del Fin del Mundo (Ushuaia), Lic. Silvia Tale, y al Sr. Lucas Sosa, por su colaboración y autorización para estudiar los restos resguardados en esa institución. Al CADIC-CONICET, por brindarnos las instalaciones para realizar el análisis. Por último, a tres evaluadores por sus sugerencias y comentarios, los cuales mejoraron la calidad del trabajo. La investigación fue financiada por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Proyecto PICT 0191-2016) y por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
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Notas