OBITUARIO

Colin McEwan
(1951-2020).

Por Luis Alberto Borrero,
Universidad de Buenos
Aires-CONICET

El 28 de marzo de 2020 falleció Colin McEwan, tras un año de lucha contra la leucemia. Colin era un trotamundos amante de las montañas y de la arqueología. Nació en Escocia, fue criado en Nueva Zelanda y se encontraba cómodo en cualquier lugar del mundo. Nada fue fácil en su vida, trabajó en los pozos petroleros del Mar del Norte para pagarse sus estudios, inicialmente en la University of Aberdeen, permaneció meses en el campo armando su doctorado –que cursaba en la Universidad de Illinois -y desarrolló con plena dedicación e intensidad cada una de las cosas que hizo en su vida. En sus años de estudiante fue el ayudante de campo ideal para quien necesitara ayuda especializada, conocimiento, capacidad de trabajo o mera resistencia. Su relación con América del Sur se inició en 1976, cuando llegó como ayudante de Earl C. Saxon para desarrollar una campaña en la Cueva del Milodón, Chile. Allí, además de excavar, realizar el primer mapa moderno de la cueva y usar sus horas libres para escalar en las paredes del conglomerado de Cerro Benítez, se convirtió en un eslabón fundamental para la llegada al sur del enfoque paleoeconómico de Cambridge. Lo hizo tanto argumentando en el campo como ofreciendo la bibliografía que llevaba en su mochila, que incluía los principales trabajos de Eric Higgs y colaboradores. A esa primera experiencia patagónica, que se prolongó escalando en el Parque Nacional Torres del Paine y con un largo viaje por otros lugares de América del Sur, le siguieron diversas misiones en tierras tropicales. Se interesó por muchos temas y se ocupó -entre otras cosas- de la arqueología de la terra preta, principalmente trabajando con Warwick Bray en Araracuara, Colombia. Luego desarrolló el Proyecto Agua Blanca, en el Parque Nacional Machalilla, en la costa de Ecuador, que dirigió entre 1979 y 1991. Allí fue pacientemente acumulando información sobre la arqueología de los llamados “Asientos de Poder”, que constituyó la base de su tesis doctoral en la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign (And the sun sits in his seat: creating social order in Andean Culture, 2004). Fue allí donde recibió plenamente el llamado andino, junto a sus maestros Donald Lathrap y Tom Zuidema. Con la dedicación que lo caracterizó siempre, Colin también se ocupó de desarrollar un ejemplar Museo de sitio comunitario en Agua Blanca.

Su carrera en las instituciones lo muestra inicialmente como asistente en el Chicago Art Institute, para la organización de una importante exhibición de arqueología precolombina. Allí conoció a Norma Rosso, su compañera durante el resto de su vida. Posteriormente fue contratado por el British Museum, donde se desempeñó como jefe de la sección Americas y curador de Latin American Collections del Departamento de Etnografía. Su tarea allí fue crucial para la apertura de la Mexican Gallery y fue curador de muchas exhibiciones. Todas estas requirieron búsqueda de subsidios -pues el museo solo subsidia un porcentaje-, negociaciones con embajadores y con distintos museos del mundo, así como meses de preparación y montaje, en general en conjunto con otros especialistas. Estas exhibiciones siempre estuvieron acompañadas por libros editados o coeditados, que iban más allá de los clásicos catálogos, para constituirse en discusiones profundas centrales a los temas de la exhibición. Estas obras incluyen Ancient Mexico in the British Museum (1994), Patagonia. Natural History, Prehistory and Ethnography at the Uttermost End of the Earth (1997), Pre-Columbian Gold: Technology, Style and Iconography (2000), Unknown Amazon: Culture in Nature in Ancient Brazil (2001), Turquoise Mosaics from Mexico (2006), El Caribe Pre-Colombino (2008), Ancient American Art in Detail (2009), Moctezuma: Aztec Ruler (2009), Turquoise in Mexico and North America (2012) y Inca Sacred Space: Landscape, Site and Symbol in the Andes (2014). Todos estos trabajos son muy conocidos, pero lo que se maneja menos es que cada una de estas exhibiciones significó un reestudio de los materiales depositados en el British Museum a lo largo de más de 100 años y la puesta en funciones de un valioso material que permanecía fuera de la esfera del conocimiento general, así como una exploración de sus conexiones con materiales depositados en otros museos. En el año 2012 Colin cambió de continente, cuando fue contratado por Dumbarton Oaks en Norte América, donde trabajó como Director of Pre-Columbian Studies en la Dumbarton Oaks Research Library and Collection, Washington, D.C. Alli organizó simposios, que fueron acompañados por volúmenes en la serie de Dumbarton Oaks sobre Pre-Columbian Art y Arqueología. Se destaca su trabajo con la Bliss Collection of Pre-Columbian Art, en particular sobre los objetos de Centro América y Colombia, que resultó en la publicación del catálogo y de un volumen de ensayos, tareas que afrontó junto a Bryan Cockrell y John Hoopes, además de otro volumen reexaminando los contactos transpacíficos, que preparaba junto a Chris Beekman cuando ya estaba internado.

Ninguna de sus intensas actividades administrativas logró frenar su interés en los trabajos de campo, los que realizó en varios países de América del Sur. Aunque su especialidad eran claramente las llamadas Culturas Andinas, tenía suficiente entusiasmo y lugar para participar en proyectos en lugares como el Estrecho de Magallanes. Colin era uno de esos raros arqueólogos que se sentían igual de motivados describiendo la decoración de un ceramio Nazca, la relación entre el Younger Dryas –cuya importancia en América del Sur ayudó a definir en sus trabajos de campo en las alturas ecuatorianas con su maestro Chalmers Clapperton- y el poblamiento temprano de América. Estaba igualmente cómodo en un escritorio organizando una exhibición, en un laboratorio analizando tiestos o bajo la lluvia y el viento patagónicos, decidiendo como realizar una transecta. Una característica notable de Colin es que siempre estaba listo para nuevos desafíos. Lo vamos a extrañar …

Intersecciones en Antropología 21(1), enero-junio: 115-116. 2020. ISSN-e 1850-373X

https://doi.org/10.37176/iea.21.1.2020.544
Facultad de Ciencias Sociales - UNICEN - Argentina

Gentileza L. Borrero.